viernes, 28 de agosto de 2009

Santa Sede desmiente presuntas reformas litúrgicas


A continuación reproducimos el artículo publicado por ACIPRENSA, en el cual el Vaticano desmiente una posible reforma litúrgica. Aún así, la mencionada reforma no se puede descartar del todo, puesto que si es cierto de las buenas intensiones del Papa Benedicto XVI y de su cercano colaborador para el Culto Divino, el cardenal Cañizares.
Reproducimos el artículo de ACIPRENSA:


Santa Sede desmiente presuntas reformas litúrgicas anunciadas por vaticanista


La Sala Stampa de la Santa Sede desmintió algunas informaciones sobre una supuesta reforma litúrgica presentada al Papa Benedicto XVI e indicó que no existen actualmente propuestas institucionales sobre modificaciones de los libros en uso.
El Subdirector de la Sala Stampa, P. Ciro Benedettini, se refirió a informaciones aparecidas en la prensa como la del vaticanista Andrea Tornielli que daba cuenta de una serie de reformas litúrgicas como el regreso del latín y que la comunión en la mano quedaría como algo extraordinario; e indicó que "hasta el momento no existen propuestas institucionales para la modificación de libros actualmente en uso".
Tornielli había publicado una nota sobre algunas modificaciones presentadas por la Congregación para el Clero al Papa Benedicto XVI que ya habría recibido su aprobación.

lunes, 24 de agosto de 2009

La Reforma Litúrgica de Benedicto XVI

Actualización (28/8/2009): El Vaticano ha desmentido esta noticia que ha circulado sobre la posible "Reforma de la Reforma", sin embargo en círculos importantes de la Santa Sede se habla de la misma. Es evidente que el Vaticano no puede adelantar nada al respecto por la trascendencia y lo complicado del tema. Acá pueden leer el reporte de Aciprensa al respecto: http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=26562


Parece que las noticias desde Roma, relacionadas con la Reforma Litúrgica que el Santo Papa piensa implementar en la Iglesia, ya empiezan a circular y a tomar forma. Desde hoy, se puede leer en diferentes sitios de Internet, que el Cardenal Cañizares, encargado del Culto Divino en la Santa Sede, a remitido al Papa Benedicto XVI un documento en el cual se esbozan algunos de los cambios que podrían ser introducidos.

Desgraciadamente aún no se conocen mayores detalles del documento ni de los cambios propuestos en este, sin embargo se especula sobre la posibilidad de que en ciertos tramos de la Misa, el sacerdote se vuelva hacia el altar, hacia el Oriente (ad Orientem) y junto al pueblo miren todos a la cruz. Se cree que este cambio podría introducirse en el momento de la consagración.

Algunos otros especulan sobre la vuelta al latín en la Misa, pero sólo en algunos pasajes de esta, como podrían ser la consagración o incluso en la bendición final, con el objetivo de dar un sentido de Universalidad a la Liturgia.

Ya antes se ha hablado de la intención de Benedicto XVI de colocar el saludo de la paz en otro momento de la Liturgia, con el fin de dar mayor sentido de lo sagrado a la celebración y no distraer al pueblo con el saludo de paz, antes de la comunión.

¿Pero cual es el sentido de una reforma litúrgica que retoque la Misa implementada tras el Concilio Vaticano II? La respuesta es sencilla, basta con ir a Misa a muchas de nuestras Parroquias y observar los abusos a los que muchos sacerdotes nos tiene acostumbrados, en los que las celebración de la Santa Misa cada vez se parece más a un culto protestante, donde el sacerdote destaca por la “creatividad” en la celebración.

La reforma de Benedicto XVI pretende terminar con esa “creatividad” que vulgariza la celebración, que le resta lo sagrado a la celebración eucarística, y dejar de una vez por todas claro que el centro del sacrificio eucarístico es Cristo en la Cruz, y no un sacerdote creativo que pretende robarse el “show”.

No hay duda que el Papa tratará de volver a la muy buena costumbre de recibir la comunión en la boca y de rodillas, como ya lo está haciendo en todas las liturgias papales. Este gesto sin duda, nos recuerda lo sagrado del misterio de Cristo que se nos da como alimento en la Misa y el respecto que debemos mostrar por ello.

Ahora bien, la posibilidad de que el Papa reforme algunos aspectos de la liturgia es inminente, la forma en la cual lo planea hacer, es la duda. No sabemos si lo hará como una invitación a los obispos y sacerdotes a ir introduciendo cambios paulatinos, o si más bien lo hará de forma mandataria. Ojalá fuera de forma mandataria, a ver si de una vez por todas terminamos con las Misas espectáculos y nos concentramos en la Misa Sacrificio, en la Misa que fue así desde las Catacumbas, en la Misa Sacra, sin improvisaciones, “per secula seculorum”

Con lo anterior, no es que a los partidarios de una Misa sacra y acorde con el misterio, se nos tache de retrógrados, sino por el contrario es la necesidad pedida a gritos de terminar con las improvisaciones y las ocurrencias de algunos sacerdotes que han querido hacer de la Misa un circo, donde ellos son el mono, el payaso, el trapecista, y hasta el mago. Y pido perdón, si a alguien ofendo con lo anterior, pero es que mientras escribo estas líneas recuerdo de un sacerdote que según él, para que la gente no se aburriera, se inventó una dinámica la cual consistía en dar palmadas y zapatear, a ritmo de una canción que decía: “Cuando un cristiano baila…”. El Sacerdote terminó moviendo las caderas en medio del altar, mientras purificaba los vasos sagrados. Dígame usted amigo lector, con cosas como estas, la reforma de Benedicto XVI se pide a gritos, o no?

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