El Arzobispo de San José, Monseñor Hugo Barrantes, presentó la renuncia a la Santa Sede hace algunos meses. Eso ya no es noticia nueva, todos conocemos que la renuncia deberá ser aceptada por el Papa, más temprano que tarde. Lo que si puede ser noticia nueva es el nombre de su sucesor, es decir, el nuevo Arzobispo de San José.
Debemos recordar que la Arquidiócesis de San José, es la más importante de Costa Rica, no sólo por antigüedad, sino también porque es la única "arquidiócesis" que tenemos en Costa Rica. Esto resulta importante, ya que es costumbre en Roma, y ha sido costumbre bajo el papado de Benedicto XVI, en la mayoría de países donde ha nombrado Arzobispos, mover algún obispo de alguna otra Diócesis, a la Arquidiócesis principal. Si esta regla, que podría tener sus excepciones se aplica en Costa Rica, el sucesor de Monseñor Hugo Barrantes, debería provenir de las restantes diócesis de Costa Rica. Esto lo hace Roma, para aprovechar la experiencia que los Prelados han ganado como Obispos de diócesis más pequeñas, y promover a alguno de ellos al grado de Arzobispo.
En ese sentido, debemos mirar entonces hacia esas restantes diócesis, para intentar entender, cual puede ser el candidato local con más posibilidades. Vamos uno por uno:
Empecemos por la diócesis de Cartago, con Monseñor José Francisco Ulloa. Monseñor Ulloa tiene 72 años, por lo que por edad quedaría descartado. Recordemos que los obispos deben renunciar, de conformidad con el Código de Derecho Canónigo a los 75 años. Es decir, Roma no realizaría un nombramiento por 3 años, es muy poco tiempo.
En la diócesis de Alajuela se encuentra monseñor Ángel San Casimiro, con 70 años de edad. La edad no le ayuda mucho, ya que el nombramiento de un obispo, por 5 años, seguiría siendo un período de tiempo corto. Claro está que por asuntos de edad aventaja a monseñor Ulloa, sin embargo le veo pocas posibilidades de que Roma piense nombrar un Arzobispo solamente por 5 años.
En la diócesis de Tilarán se encuentra monseñor Vittorino Giraldi, sin duda a quien me hubiese gustado ver de Arzobispo de San José, sin embargo sus 74 años lo dejan completamente por fuera de toda posibilidad.
Otro que por edad está totalmente descartado, es Monseñor Guillermo Loría, de la diócesis de San Isidro de el General. Monseñor Loría tiene 75 años.
En la diócesis de Ciudad Quesada, se encuentra Monseñor Oswaldo Brenes, con 70 años, al igual que los anteriores, la edad no le ayuda para el nombramiento.
Como verán la lista se nos hizo muy pequeña, y solo nos quedan 2 candidatos con posibilidades de asumir el arzobispado de San José: Monseñor José Rafael Quirós de la diócesis de Limón (57 años) y Monseñor Oscar Fernández de la diócesis de Puntarenas (en diciembre del 2012 cumplirá 63 años).
En caso que el Papa Benedicto XVI decida trasladar a alguno de los obispos actuales a la Arquidiócesis de San José, el elegido estaría entre los dos anteriores.
Es de suma importancia mencionar, que la Conferencia Episcopal de Costa Rica ya se ha decantado por uno de estos dos candidatos, y lo hizo nombrado a Monseñor Oscar Fernández como Presidente de dicha Conferencia Episcopal, precisamente durante el año 2011. Claramente la Conferencia Episcopal de Costa Rica, con el nombramiento de Monseñor Oscar Fernández, como presidente, le está señalando a Roma que este es su candidato. Es decir, con ese nombramiento, sus colegas obispos lo han "ungido" para estar al frente de la Arquidiócesis de San José.
Ahora quedará esperar que dice Roma al respecto, mediante la Congregación de los Obispos. Una posibilidad es que monseñor Oscar Fernández sea escogido por el Papa como nuevo Arzobispo de San José, en sustitución de monseñor Hugo Barrantes, aceptando la recomendación que posiblemente ha llegado por parte de la Conferencia Episcopal de Costa Rica.
Otra alternativa, es que el Papa considere que monseñor Oscar Fernández no sea el indicado, lo que le abriría la puerta a Monseñor Quiros, quien por cuestiones de edad sería el otro candidato. Sin embargo, si el Papa considera que Monseñor Oscar Fernández no es el indicado, esto podría abrir la puerta a un Obispo NO costarricense que podría ser enviado de otras latitudes a dirigir la Arquidiócesis de San José. De nuevo hago énfasis en que es muy poco probable que un Obispo nuevo (un sacerdote que aún no sea Obispo) sea destinado a la Arquidiócesis de San José, sino que por el contrario el Papa procuraría sentar en la cátedra de San José a un obispo con alguna experiencia en el episcopado.
En resumen, Monseñor Oscar Fernández Guillén es el gran candidato a sustituir a Monseñor Hugo Barrantes, como Arzobispo de San José. Si Roma, no lo considera el ideal, entonces si podríamos estar ante una sorpresa mayúscula, con un nombramiento inesperado, el cual no descartaría podría ser un obispo “extranjero”. Roma le dará mucho peso al deseo de los obispos costarricenses, por lo que monseñor Fernández es el gran candidato.
Por último un aspecto importante: el elegido, sea quien sea y venga de donde venga, deberá ser de la línea conservadora del Papa Benedicto XVI, amigo de la “hermenéutica de la continuidad”. Esta ha sido la constante en todos los nombramientos episcopales de Benedicto XVI.
Que Dios nos regale el Arzobispo que mejor pueda guiar los retos de la Arquidiócesis de San José.
Debemos recordar que la Arquidiócesis de San José, es la más importante de Costa Rica, no sólo por antigüedad, sino también porque es la única "arquidiócesis" que tenemos en Costa Rica. Esto resulta importante, ya que es costumbre en Roma, y ha sido costumbre bajo el papado de Benedicto XVI, en la mayoría de países donde ha nombrado Arzobispos, mover algún obispo de alguna otra Diócesis, a la Arquidiócesis principal. Si esta regla, que podría tener sus excepciones se aplica en Costa Rica, el sucesor de Monseñor Hugo Barrantes, debería provenir de las restantes diócesis de Costa Rica. Esto lo hace Roma, para aprovechar la experiencia que los Prelados han ganado como Obispos de diócesis más pequeñas, y promover a alguno de ellos al grado de Arzobispo.
En ese sentido, debemos mirar entonces hacia esas restantes diócesis, para intentar entender, cual puede ser el candidato local con más posibilidades. Vamos uno por uno:
Empecemos por la diócesis de Cartago, con Monseñor José Francisco Ulloa. Monseñor Ulloa tiene 72 años, por lo que por edad quedaría descartado. Recordemos que los obispos deben renunciar, de conformidad con el Código de Derecho Canónigo a los 75 años. Es decir, Roma no realizaría un nombramiento por 3 años, es muy poco tiempo.
En la diócesis de Alajuela se encuentra monseñor Ángel San Casimiro, con 70 años de edad. La edad no le ayuda mucho, ya que el nombramiento de un obispo, por 5 años, seguiría siendo un período de tiempo corto. Claro está que por asuntos de edad aventaja a monseñor Ulloa, sin embargo le veo pocas posibilidades de que Roma piense nombrar un Arzobispo solamente por 5 años.
En la diócesis de Tilarán se encuentra monseñor Vittorino Giraldi, sin duda a quien me hubiese gustado ver de Arzobispo de San José, sin embargo sus 74 años lo dejan completamente por fuera de toda posibilidad.
Otro que por edad está totalmente descartado, es Monseñor Guillermo Loría, de la diócesis de San Isidro de el General. Monseñor Loría tiene 75 años.
En la diócesis de Ciudad Quesada, se encuentra Monseñor Oswaldo Brenes, con 70 años, al igual que los anteriores, la edad no le ayuda para el nombramiento.
Como verán la lista se nos hizo muy pequeña, y solo nos quedan 2 candidatos con posibilidades de asumir el arzobispado de San José: Monseñor José Rafael Quirós de la diócesis de Limón (57 años) y Monseñor Oscar Fernández de la diócesis de Puntarenas (en diciembre del 2012 cumplirá 63 años).
En caso que el Papa Benedicto XVI decida trasladar a alguno de los obispos actuales a la Arquidiócesis de San José, el elegido estaría entre los dos anteriores.
Es de suma importancia mencionar, que la Conferencia Episcopal de Costa Rica ya se ha decantado por uno de estos dos candidatos, y lo hizo nombrado a Monseñor Oscar Fernández como Presidente de dicha Conferencia Episcopal, precisamente durante el año 2011. Claramente la Conferencia Episcopal de Costa Rica, con el nombramiento de Monseñor Oscar Fernández, como presidente, le está señalando a Roma que este es su candidato. Es decir, con ese nombramiento, sus colegas obispos lo han "ungido" para estar al frente de la Arquidiócesis de San José.
Ahora quedará esperar que dice Roma al respecto, mediante la Congregación de los Obispos. Una posibilidad es que monseñor Oscar Fernández sea escogido por el Papa como nuevo Arzobispo de San José, en sustitución de monseñor Hugo Barrantes, aceptando la recomendación que posiblemente ha llegado por parte de la Conferencia Episcopal de Costa Rica.
Otra alternativa, es que el Papa considere que monseñor Oscar Fernández no sea el indicado, lo que le abriría la puerta a Monseñor Quiros, quien por cuestiones de edad sería el otro candidato. Sin embargo, si el Papa considera que Monseñor Oscar Fernández no es el indicado, esto podría abrir la puerta a un Obispo NO costarricense que podría ser enviado de otras latitudes a dirigir la Arquidiócesis de San José. De nuevo hago énfasis en que es muy poco probable que un Obispo nuevo (un sacerdote que aún no sea Obispo) sea destinado a la Arquidiócesis de San José, sino que por el contrario el Papa procuraría sentar en la cátedra de San José a un obispo con alguna experiencia en el episcopado.
En resumen, Monseñor Oscar Fernández Guillén es el gran candidato a sustituir a Monseñor Hugo Barrantes, como Arzobispo de San José. Si Roma, no lo considera el ideal, entonces si podríamos estar ante una sorpresa mayúscula, con un nombramiento inesperado, el cual no descartaría podría ser un obispo “extranjero”. Roma le dará mucho peso al deseo de los obispos costarricenses, por lo que monseñor Fernández es el gran candidato.
Por último un aspecto importante: el elegido, sea quien sea y venga de donde venga, deberá ser de la línea conservadora del Papa Benedicto XVI, amigo de la “hermenéutica de la continuidad”. Esta ha sido la constante en todos los nombramientos episcopales de Benedicto XVI.
Que Dios nos regale el Arzobispo que mejor pueda guiar los retos de la Arquidiócesis de San José.
