lunes, 5 de octubre de 2009

Estado Laico: Una solución para los que les estorba Dios


En las últimas semanas nos han servido sobre la mesa, la discusión de si el Estado Costarricense, debería continuar siendo Confesional o si por el contrario debería cambiar para convertirse en un estado laico.

Me abstuve durante un par de días de pensar en el tema, y de criticar el mismo, puesto que no conocía los argumentos del auto-denominado “Movimiento por un Estado Laico”. Por esas cosas del destino, escuche una noche de estas a la señora Maricel Salas, en un tele-noticiario, comentar las posturas del movimiento al que pertenece. Fue en ese momento en el que ya me fue imposible no pensar en el asunto, dados los razonamientos que la señora Salas esbozó esa noche.

La primera contradicción que noté fue al escucharle decir que el Estado no podía tener religión, puesto que no era una persona. Intenté comprarle el argumento por unos minutos pero no fue posible. Una básica búsqueda en Internet, me confirmó que el término “laico” proviene del griego λαϊκός, laikós – que significa "alguien del pueblo". Ahora bien, de lo que recuerdo de mi paso por la escuela, “alguien” es un pronombre indefinido que designa una o varias personas, entonces, ¿como es que el Estado no debe ser Confesional porque no es persona, pero si puede ser laico, si laico significa “alguien del pueblo”?, ¿como si “alguien” se utiliza para designar personas?, ¿no era que el Estado no es persona?

Mi juego de palabras no es el más adecuado, como inadecuado es el enredo que le quieren hacer al pueblo al decirle que el Estado no es persona y por eso no tiene religión, (conste no digo que el Estado sea persona, sólo que el argumento no me parece válido) puesto que si es así, tampoco es persona para ser laico, porque laicos son sólo las personas.

El argumento de que el estado no es persona, utilizado por aquellos que pretenden un estado laico (un estado de “alguien del pueblo”) es absurdo, no tiene sentido, por lo tanto no es más que una manipulación de términos para intentar argumentar de algún modo la secularización a la que algunos quieren llevar al pueblo de Costa Rica, es decir lograr un pueblo que se olvide de Dios y lo ponga en el último de los lugares.

El segundo argumento que llamó mi atención esa noche, fue escuchar que los Estados laicos son símbolo de modernidad, por lo tanto, yo concluyo que a los ojos de los defensores del laicismo nuestro estado es anticuado y retrógrado por ser Confesional. Eso quiere decir que para muchos, la modernidad es sinónimo de excluir a Dios de la sociedad, cosa que yo no puedo y me resisto a entender. No puedo creer que la exclusión de Dios de nuestra Constitución Política nos haga un estado más moderno, eso sería un sueño de opio. Creo yo que más modernos nos hace el trabajo, la investigación, el aporte al ser humano, a la salud y a la educación. Como ejemplo, yo entiendo que los regimenes comunistas durante muchos años persiguieron la Iglesia Católica, y con ello persiguieron el conocimiento de Dios entre el pueblo. Yo me pregunto: ¿eso los llevó a ser un estado moderno? Creo que la respuesta se cae por su propio peso, por supuesto que no.

Seguí esa noche intentado desmenuzar los argumentos a favor del estado laico, pero no lograba encontrar algo que me convenciera. Por lo que pensé en un tercer argumento que escuché. Dicen los señores que abogan por un estado laico que uno de los fines es eliminar los privilegios que tiene la Iglesia Católica en cuanto a impuestos. Ese me pareció un poco más elaborado, aunque no estaba de acuerdo. A manera de ejemplo busqué la Ley del impuesto sobre la Renta de la República de Costa Rica, y me encontré que el artículo 3 de la misma, menciona las entidades no sujetas al impuesto sobre la renta, y textualmente el inciso b) dice así: “los partidos políticos y las instituciones religiosas cualquiera que sea su credo…” ¿No entiendo?, yo no veo por ningún lado el más mínimo privilegio para la Iglesia Católica (al menos en esta ley de ejemplo), leo y releo mil y una vez, que el privilegio en cuestión es para cualquier institución religiosa indistintamente de su credo. ¿Entonces donde están los privilegios en impuestos y que tiene que ver esto con la conveniencia o no de un estado laico? Respuesta fácil: Nada.

En ese momento ya estaba cansado y con sueño. De tres argumentos, ninguno convincente, es decir ya íbamos 3 a 0, y eso ya es goleada, sino que lo diga la Selección Nacional.

Es claro, la intención de cambiar de un Estado Confesional a un Estado Laico, sólo tiene como objetivo principal sacar a Dios de en medio, porque parece que a algunos les estorba, les incomoda, se les hace difícil lidiar con Él, o de alguna u otra forma son ciegos y no quieren ver que nuestro país es de mayoría Católica, y aún más, de mayoría abrumadora cristiana, sin importar de que denominación.

Las cosas en la vida se consiguen paulatinamente, del estado laico pronto querrán ir al “laicismo” mal entendido, el cual termina trasformándose en hostilidad e indeferencia contra la religión. Por supuesto que el estado laico ha de ser un primer paso para posteriormente llegar al laicismo mal entendido, y prohibirnos tener una imagen de Cristo en una institución pública, o prohibir que un sacerdote muestre su hábito en público, como ya sucede en algunos países de Europa. Claro, esos países son flamantes y ultramodernos estados laicos, lo mismo que pretenden hacer en nuestro país.

Definitivamente no fue tan difícil llegar a una conclusión final: el estado laico es el grito de aquellos a los que les estorba Dios.

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